jueves, 12 de marzo de 2009

Sobre el cambio de Fedeciclismo

El 24 de enero de 2009, en una larga Asamblea Electiva, las ligas ciclísticas colombianas decidieron cambiar la administración de la Federación Colombiana de Ciclismo.
El hecho, que podría ser un simple hecho dentro de la democracia, marca un hito en uno de los deportes más triunfadores y representativos de Colombia en el mundo.
Fedeciclismo tuvo un primer punto de inflexión, por allá en 1980, cuando Miguel Ángel Bermúdez creó una disidencia de la Asociación Colombiana de Ciclismo, dirigida por el general (r) Marcos Arámbula Durán. Bermúdez, nacido en Duitama, y con algunas influencias políticas, cambió la forma de gestionar el ciclismo colombiano, lo llevó a una proyección internacional y a triunfos allende el Atlántico, porque antes ya se ganaba en el continente americano.
Claro, toda gestión tendrá siempre sus lunares, y en el caso de Bermúdez, su bonachona forma de ser y su sagacidad para los negocios no pudieron disimular ciertos desórdenes administrativos y algunas reacciones airadas que, a la larga, lo sacaron. No obstante, el ciclismo colombiano tiene mucho que agradecer a Miguel Angel Bermúdez.
Luego llegó un exciclista, Antonio Ambrosio Esguerra (qepd), quien tenía un perfil mucho más calmado, aunque no visionó la crisis que afrontaría el deporte de las bielas y que coincidió con un auge del fútbol y con la crisis de gobernabilidad en el cuatrenio Samper. No obstante, Ambrosio vio como Colombia era sede del último mundial de pista y ruta conjunto, y cómo los españoles se vestían de gloria en su otrora colonia de la Nueva Granada.
Vino el periodo del licenciado Jorge Tenjo, un experimentado educador físico y técnico del ciclismo colombiano, que a pesar de las buenas intenciones, estuvo muy mal rodeado y veía como hasta la casa de fedeciclismo entraba en litigios por la falta de dinero. El ciclismo colombiano entró en una fase muy difícil, con pérdida de protagonismo a nivel mundial y americano, a pesar de contar con el excelente material humano que surge en Colombia.
Ante el desgobierno en fedeciclismo, el propio gobierno colombiano, en cabeza del presidente Andrés Pastrana Arango, y por intermedio de Coldeportes intervino y se dio la elección de un empresario con familia vinculada al ciclismo, cómo fórmula de salvación del ciclismo colombiano.
En los 8 años de la administración de Ettore Sangiovanni Panebianco fedeciclismo saneó sus finanzas, salvó la casa de la 109 y adquirió otra en Nicolás de Federmán, mientras que los resultados del ciclismo colombiano fueron excelentes, con los campeonatos del mundo de Santiago Botero, Maria Luisa Calle, Fabio Duarte, Augusto Castro, Santiago Duque, Mariana Pajón y Laura Abril, así como los dos título de Copa Mundo de marathon de Leonardo Páez, la medalla olímpica de Maria Luisa Calle y el cuarto puesto olímpico de Andrés Jiménez, y los títulos panamericanos de juveniles y elite en varios de los años.
La política de austeridad sirvió para todo esto, pero hizo que, en los dos últimos años, Colombia cediera a otros países con más inversión, la hegemonía rutera en el continente. En parte, porque las selecciones Colombia enviadas a los eventos de importancia como Táchira, Venezuela, Ecuador, Costa Rica, Guatemala, eran armadas a última hora, sin el adecuado apoyo mecánico y técnico y sin la preparación de rigor, o se encomendaba a un equipo, que llevaba a sus corredores con pocas opciones de refuerzo y, por lo tanto, limitando las opciones de triunfo. Esto es particularmente cierto en el 2008, en donde las puertas para el ciclismo colombiano se han cerrado en eventos como Costa Rica, Higuitos y la propia Vuelta al Táchira.
El ciclismo colombiano ha perdido protagonismo mediático, las carreras de ruta son cada vez más difíciles de hacer porque las vías no son prestadas, y el ciclismo no cuenta con un plan de marketing para que los corredores no tengan que pagar los uniformes para representar al país. Es curioso que el único país de América que tiene tantos galardones en el ciclismo mundial no tenga patrocinio de sus selecciones nacionales, y apoyo permanente para brindar la opción a sus mejores ciclistas de competir en Europa.
Las ligas, que son las que eligen, sumaron descontentos y prefirieron el cambio, encarnado en el licenciado Plinio Casas, quien como ciclista fue campeón de Vuelta a Chile, subcampeón de Vuelta a Colombia y Costa Rica, como técnico dirigiera el equipo Lotería de Boyacá y el club Santiago de Tunja, y como dirigente llevara a la liga de Boyacá a retomar el protagonismo a nivel nacional, que se refundió a finales del siglo, por la falta dirigencia precisamente.
Por ahi dicen que el hombre es un eterno inconforme, y los presidentes de las ligas estaban inconformes, a pesar de la innegable buena labor de Sangiovanni.
Ahora, El profesor Plinio Casas tiene un reto grandioso, y es, partiendo de la buena base de la administración Sangiovanni, llevar al ciclismo nuevamente al sitial de honor dentro del deporte colombiano, que lo llevó a ser el primer deporte en tener campeón mundial, y a darle al país todas las alegrias que los escarabajos nos dieron con sus pedalazos en el mundo.
Buena suerte para el profe y su nuevo órgano de administración...

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