martes, 25 de noviembre de 2008

Juan Carlos López y Mauricio Ortega, grandes realidades del ciclismo colombiano

Aunque el campeón fue el español Oscar Sevilla, tal vez dos de los más grandes beneficiados del resultado final del Clásico RCN es la ratificación de las condiciones de dos enormes corredores antioqueños, fruto del proceso del Orgullo Paisa.

Mauricio Ortega, un salgareño que aunque no ganó ni Vuelta del Futuro, ni Porvenir, ni Juventud, si es el que más lejos ha llegado en el panorama nacional de los surgidos en el Orgullo Paisa. No incluimos aquí ni a Mauricio Ardila ni a Luis Felipe Laverde...

Ortega surgió el año anterior como la gran realidad, luego de estar al acecho en la Vuelta a Colombia, con aquel fortísimo ataque en la llegada a Piedecuesta, y soportar el ritmo de Santiago Botero en el ascenso a Letras.

En este año partió como el gran favorito tanto en Vuelta a Colombia como en Clásico RCN. En el primero, su compañero Giovanny Báez se coló en la fuga buena en La Vega, fue segundo en la crono y ya se hizo indestronable por su principal rival Hernán Buenahora, quien luego saliera positivo. Ortega, tercero en las fotos del final en Cali, se convirtió entonces en subcampeón.

Ahora, en el Clásico, perdió en franca lid frente a un español que encontró la confianza para vencer, por primera vez, la carrera radial. Pero Ortega es el ganador de la temporada, aunque no logró el triunfo en ninguna de las dos carreras, si fue el protagonista de excepción en ambas.

Además ganó por segunda ocasión la Vuelta a Antioquia.

Por su parte, Juan Carlos López, un antioqueño del oriente, que vive en la Ceja y quien si fuera campeón de la Vuelta de la Juventud, dándose el lujo de derrotar a Mauricio Soler, retornó a ese nivel que lo llevó al equipo aficionado del Saunier Duval, en donde ganó varias competencias españolas.

Pero una lesión lo alejó de ese nivel, el desánimo por no llegar a la plantilla profesional, y al final el retorno a Colombia, al equipo UNE, en donde encontró el escenario para recuperarse, y la confianza para retornar al nivel que muchos esperábamos.

López demuestra que de alguna forma hay que ser terco, perseverar y seguir intentándolo, pues las oportunidades pueden estar a la vuelta de la esquina...

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