El ciclismo es un deporte peligroso... todos lo sabemos. Y en el fin de semana del 16 de noviembre quedó ratificado al presentarse un gravísimo accidente en desarrollo del XVIII Tour Ciclístico del Casanare, en el que fallecieron los corredores senior master boyacenses Uriel Pérez y Jorge Ramírez.
La muerte se vistió de tractomula, de imprudencia y de mala suerte... A pesar de contar con los permisos de cierre de vías parcial, y que la policía de Aguazul y Mani hizo lo posible, la tractomula se les "coló", aceleró a fondo para evitar que lo alcanzaran porque "tenía que trabajar", y se encontró al lote de la categoría A en una curva. La huella de la frenada se extiende por el carril izquierdo de la estrecha vía, y el torque generado por el remolque hizo que los ciclistas no tuviera escapatoria. Tan solo la divina providencia evitó que fueron muchos más los afectados...
Tal vez era algo que en las condiciones en las que se desarrollan muchas de las competencias en Colombia podría pasar... somos un pueblo que no hace caso a las normas y que no respeta la autoridad, y que mucho menos respeta a ciclistas, que solo están protegidos por su piel y una licra... y a veces por un casco...
Creo que se debería pensar en las mejores condiciones para la práctica y la competición ciclística, así sea la realización de menos trayectos en ruta y más en circuitos cerrados bien protegidos y que ofrezcan más espectáculo a los aficionados. De por si, en esos mismos días, la Vuelta del Porvenir tuvo que realizarse en condiciones realmente deplorables por la negativa de las concesiones al préstamo de las vías en cercanías a Bogotá... y se hizo en un circuito muy peligroso, que solo terminaron 22 de los más de 100 ciclistas que comenzaron... hace falta liderazgo para encontrar soluciones, y una mejor práctica para los miles de ciclistas que a diario arriesgan su vida en las carreteras colombianas...
jueves, 27 de noviembre de 2008
martes, 25 de noviembre de 2008
Juan Carlos López y Mauricio Ortega, grandes realidades del ciclismo colombiano
Aunque el campeón fue el español Oscar Sevilla, tal vez dos de los más grandes beneficiados del resultado final del Clásico RCN es la ratificación de las condiciones de dos enormes corredores antioqueños, fruto del proceso del Orgullo Paisa.
Mauricio Ortega, un salgareño que aunque no ganó ni Vuelta del Futuro, ni Porvenir, ni Juventud, si es el que más lejos ha llegado en el panorama nacional de los surgidos en el Orgullo Paisa. No incluimos aquí ni a Mauricio Ardila ni a Luis Felipe Laverde...
Ortega surgió el año anterior como la gran realidad, luego de estar al acecho en la Vuelta a Colombia, con aquel fortísimo ataque en la llegada a Piedecuesta, y soportar el ritmo de Santiago Botero en el ascenso a Letras.
En este año partió como el gran favorito tanto en Vuelta a Colombia como en Clásico RCN. En el primero, su compañero Giovanny Báez se coló en la fuga buena en La Vega, fue segundo en la crono y ya se hizo indestronable por su principal rival Hernán Buenahora, quien luego saliera positivo. Ortega, tercero en las fotos del final en Cali, se convirtió entonces en subcampeón.
Ahora, en el Clásico, perdió en franca lid frente a un español que encontró la confianza para vencer, por primera vez, la carrera radial. Pero Ortega es el ganador de la temporada, aunque no logró el triunfo en ninguna de las dos carreras, si fue el protagonista de excepción en ambas.
Además ganó por segunda ocasión la Vuelta a Antioquia.
Por su parte, Juan Carlos López, un antioqueño del oriente, que vive en la Ceja y quien si fuera campeón de la Vuelta de la Juventud, dándose el lujo de derrotar a Mauricio Soler, retornó a ese nivel que lo llevó al equipo aficionado del Saunier Duval, en donde ganó varias competencias españolas.
Pero una lesión lo alejó de ese nivel, el desánimo por no llegar a la plantilla profesional, y al final el retorno a Colombia, al equipo UNE, en donde encontró el escenario para recuperarse, y la confianza para retornar al nivel que muchos esperábamos.
López demuestra que de alguna forma hay que ser terco, perseverar y seguir intentándolo, pues las oportunidades pueden estar a la vuelta de la esquina...
Mauricio Ortega, un salgareño que aunque no ganó ni Vuelta del Futuro, ni Porvenir, ni Juventud, si es el que más lejos ha llegado en el panorama nacional de los surgidos en el Orgullo Paisa. No incluimos aquí ni a Mauricio Ardila ni a Luis Felipe Laverde...
Ortega surgió el año anterior como la gran realidad, luego de estar al acecho en la Vuelta a Colombia, con aquel fortísimo ataque en la llegada a Piedecuesta, y soportar el ritmo de Santiago Botero en el ascenso a Letras.
En este año partió como el gran favorito tanto en Vuelta a Colombia como en Clásico RCN. En el primero, su compañero Giovanny Báez se coló en la fuga buena en La Vega, fue segundo en la crono y ya se hizo indestronable por su principal rival Hernán Buenahora, quien luego saliera positivo. Ortega, tercero en las fotos del final en Cali, se convirtió entonces en subcampeón.
Ahora, en el Clásico, perdió en franca lid frente a un español que encontró la confianza para vencer, por primera vez, la carrera radial. Pero Ortega es el ganador de la temporada, aunque no logró el triunfo en ninguna de las dos carreras, si fue el protagonista de excepción en ambas.
Además ganó por segunda ocasión la Vuelta a Antioquia.
Por su parte, Juan Carlos López, un antioqueño del oriente, que vive en la Ceja y quien si fuera campeón de la Vuelta de la Juventud, dándose el lujo de derrotar a Mauricio Soler, retornó a ese nivel que lo llevó al equipo aficionado del Saunier Duval, en donde ganó varias competencias españolas.
Pero una lesión lo alejó de ese nivel, el desánimo por no llegar a la plantilla profesional, y al final el retorno a Colombia, al equipo UNE, en donde encontró el escenario para recuperarse, y la confianza para retornar al nivel que muchos esperábamos.
López demuestra que de alguna forma hay que ser terco, perseverar y seguir intentándolo, pues las oportunidades pueden estar a la vuelta de la esquina...
Oscar Sevilla y el "desquite" de Tunja
Sevilla, un español que nunca había venido a Colombia, encontró en la tierra de la cumbia, del café, de Gabo, Shakira y Juanes, el terreno ideal para lograr triunfos... y además encontró el amor de una colombiana que lo ancló a este país tan complicado, diverso, atrayente y hermoso.
Y encontró cabida en un equipo que surgió en menos de un mes, pero con hombres muy interesantes, veteranos y curtidos, que supieron competir frente a los más completos equipos colombianos y demostrar que se pueden hacer grandes cosas cuando la voluntad de varios se unen en un solo fin.
El equipo "Para Tunja lo mejor" fue la forma en que el Alcalde de Tunja, Arturo Montejo, se desquitó de la no llegada del Clásico RCN en respuesta a la negativa de vender cerveza Pilsen en la llegada de la Vuelta a Colombia, decisión que desató una agria polémica, en la que el gobernador de Boyacá amenazó con retirar a los equipos boyacenses de la Vuelta (más de 30 corredores), y las directivas de la Federación tuvieron que ceder. Tal vez no se entiende que los dos peores males que aquejan a Tunja son los altísimos índices de alcoholismo, sobre todo entre la juventud, y el desempleo. Montejo quiere cambiar esta situación, algo muy difícil, pues el boyacense acompaña cualquier cosa con una cervecita... o un aguardientico... pero es algo que hay que hacer, porque es muy triste ver tirados en las calles de Tunja a niños y adolescentes, durmiendo la borrachera.
Sevilla y Félix Cárdenas fueron los últimos en llegar al equipo, y rindieron lo que muchos no esperarían... Sevilla al final fue campeón, fue recibido, con sus compañeros, como héroes en Tunja, y ya se comprometió a seguir el año que viene, con una estructura que competirá en 8 o 10 competencias del calendario local, y que promete ser una de las grandes alternativas.
Sevilla encontró en Colombia el sitio para la reivindicación, para su propia reinvención y para echar raíces, porque ya pasa más tiempo en Bogotá que en España o en Estados Unidos, pues ha encontrado el amor de una mujer y el cariño de una afición que lo ve como un ídolo, un ejemplo y, ante todo, una gran persona.
Las vueltas que da la vida... y las oportunidades que se encuentran a la vuelta de la esquina...
Para culminar, adjunto alque que escribí para Pedaleando.com y para el foro parlamentociclista.tk
Sevilla y su amor por Colombia
Oscar Sevilla podría haber pensado que todos los colombianos eran rubios, de ojos claros y fornidos, como Santiago Botero, o morenos y curtidos como José Castelblanco, o dicharacheros pero calidosos como Carlos Contreras. O tal vez una mezcla de todos ellos.
Y cuando llegó a Colombia, en mayo del 2008, se encontró con que su idea no estaba muy lejos... había rubios, morenos, blancos, trigueños, negros, indígenas, y casi todos con un calor humano que poco había encontrado en todos los países a donde sus pedalazos lo habían llevado.
Y además encontró que en Colombia había muchas, muchísimas mujeres hermosas, y se enamoró de una de ellas, y encontró que había razones más fuertes que lo ataban a esta tierra: el amor de una mujer, la amistad de varios amigos y el ciclismo, un ciclismo exótico y de gran calidad.
Por eso siguió compitiendo, a pesar de todos sus quilates, en las competencias colombianas; ademáas de la Vuelta a Colombia, en donde fue campeón de la regularidad, en la Clásica Ciudad de Bogotá, en la Vuelta a Cundinamarca, en el Caracol de Pista (a pesar de nunca haber competido en pista!!!), y se vinculó a equipos nacionales que lo acogieron como una figura, una que no exigió mucho, que sólo quería hacer lo que más le gusta, lo que las circunstancias no le permitían hacer como él quisiera en otros países.
Y en Colombia encontró una camaradería y un ambiente en el que se siente cómodo.
A finales de septiembre, fue presentado como el gran refuerzo del novedoso equipo "Para Tunja lo mejor", patrocinado por la Alcaldía de Tunja, la empresa Proactiva, la alcaldía de Zetaquira, entre otros patrocinadores, y con el manejo de Ismael Sarmiento, quien fue el ciclista que más apoyo la idea, y prometió lucha y protagonismo, nada más. Sevilla llegó al equipo tunjano gracias a un consejo de Victor Hugo Peña, su gran amigo.
Una semana antes del viaje al Clásico, Sevilla viajó, en compañía de sus nuevos compañeros de equipo a la población boyacense de Zetaquira. Se integró con Ismael Samiento, Félix Cárdenas, Flóber Peña, Daniel Bernal, José Ibañez, Fabio Arenas, Angel Jiménez, Emiro Matta y Raúl Saiz, algunos a los que nunca había visto. Se quedaron un día en uno de los 123 municipios boyacenses, entrenaron, fueron a unas cascadas naturales y se bañaron. Y se dieron cuenta que tenían con qué pelear el Clásico.
Y lo pelearon... y lo ganaron...
Y encontró cabida en un equipo que surgió en menos de un mes, pero con hombres muy interesantes, veteranos y curtidos, que supieron competir frente a los más completos equipos colombianos y demostrar que se pueden hacer grandes cosas cuando la voluntad de varios se unen en un solo fin.
El equipo "Para Tunja lo mejor" fue la forma en que el Alcalde de Tunja, Arturo Montejo, se desquitó de la no llegada del Clásico RCN en respuesta a la negativa de vender cerveza Pilsen en la llegada de la Vuelta a Colombia, decisión que desató una agria polémica, en la que el gobernador de Boyacá amenazó con retirar a los equipos boyacenses de la Vuelta (más de 30 corredores), y las directivas de la Federación tuvieron que ceder. Tal vez no se entiende que los dos peores males que aquejan a Tunja son los altísimos índices de alcoholismo, sobre todo entre la juventud, y el desempleo. Montejo quiere cambiar esta situación, algo muy difícil, pues el boyacense acompaña cualquier cosa con una cervecita... o un aguardientico... pero es algo que hay que hacer, porque es muy triste ver tirados en las calles de Tunja a niños y adolescentes, durmiendo la borrachera.
Sevilla y Félix Cárdenas fueron los últimos en llegar al equipo, y rindieron lo que muchos no esperarían... Sevilla al final fue campeón, fue recibido, con sus compañeros, como héroes en Tunja, y ya se comprometió a seguir el año que viene, con una estructura que competirá en 8 o 10 competencias del calendario local, y que promete ser una de las grandes alternativas.
Sevilla encontró en Colombia el sitio para la reivindicación, para su propia reinvención y para echar raíces, porque ya pasa más tiempo en Bogotá que en España o en Estados Unidos, pues ha encontrado el amor de una mujer y el cariño de una afición que lo ve como un ídolo, un ejemplo y, ante todo, una gran persona.
Las vueltas que da la vida... y las oportunidades que se encuentran a la vuelta de la esquina...
Para culminar, adjunto alque que escribí para Pedaleando.com y para el foro parlamentociclista.tk
Sevilla y su amor por Colombia
Oscar Sevilla podría haber pensado que todos los colombianos eran rubios, de ojos claros y fornidos, como Santiago Botero, o morenos y curtidos como José Castelblanco, o dicharacheros pero calidosos como Carlos Contreras. O tal vez una mezcla de todos ellos.
Y cuando llegó a Colombia, en mayo del 2008, se encontró con que su idea no estaba muy lejos... había rubios, morenos, blancos, trigueños, negros, indígenas, y casi todos con un calor humano que poco había encontrado en todos los países a donde sus pedalazos lo habían llevado.
Y además encontró que en Colombia había muchas, muchísimas mujeres hermosas, y se enamoró de una de ellas, y encontró que había razones más fuertes que lo ataban a esta tierra: el amor de una mujer, la amistad de varios amigos y el ciclismo, un ciclismo exótico y de gran calidad.
Por eso siguió compitiendo, a pesar de todos sus quilates, en las competencias colombianas; ademáas de la Vuelta a Colombia, en donde fue campeón de la regularidad, en la Clásica Ciudad de Bogotá, en la Vuelta a Cundinamarca, en el Caracol de Pista (a pesar de nunca haber competido en pista!!!), y se vinculó a equipos nacionales que lo acogieron como una figura, una que no exigió mucho, que sólo quería hacer lo que más le gusta, lo que las circunstancias no le permitían hacer como él quisiera en otros países.
Y en Colombia encontró una camaradería y un ambiente en el que se siente cómodo.
A finales de septiembre, fue presentado como el gran refuerzo del novedoso equipo "Para Tunja lo mejor", patrocinado por la Alcaldía de Tunja, la empresa Proactiva, la alcaldía de Zetaquira, entre otros patrocinadores, y con el manejo de Ismael Sarmiento, quien fue el ciclista que más apoyo la idea, y prometió lucha y protagonismo, nada más. Sevilla llegó al equipo tunjano gracias a un consejo de Victor Hugo Peña, su gran amigo.
Una semana antes del viaje al Clásico, Sevilla viajó, en compañía de sus nuevos compañeros de equipo a la población boyacense de Zetaquira. Se integró con Ismael Samiento, Félix Cárdenas, Flóber Peña, Daniel Bernal, José Ibañez, Fabio Arenas, Angel Jiménez, Emiro Matta y Raúl Saiz, algunos a los que nunca había visto. Se quedaron un día en uno de los 123 municipios boyacenses, entrenaron, fueron a unas cascadas naturales y se bañaron. Y se dieron cuenta que tenían con qué pelear el Clásico.
Y lo pelearon... y lo ganaron...
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